Entre los factores más determinantes a la hora de crear una sublime imagen sobre una universidad (así como amasar fama y prestigio) se encuentra el de los estudiantes que se hayan formado en ella.
Si un estudiante de una universidad, logra triunfos a nivel profesional, y cosecha una gran notoriedad nacional o internacionalmente, el mérito se asocia a la universidad donde haya podido formarse y aprender todo lo que ha aprendido para llegar a donde se encuentra en ese momento, es decir, universitario y universidad van cogidos de la mano.
Por ejemplo, el caso de la tan famosa y reconocida universidad de Oxford. No tendría tanta notoriedad a día de hoy si no fuera porque entre sus filas han salido escritores como Oscar Wilde, J. R. R. Tolkien..., veintiséis primeros ministros del Reino Unido como William Gladstone, economistas tan importantes para la historia como Adam Smith, filósofos como Locke , 36 primeros ministros a nivel internacional,... y así una larga lista de celebridades.
Otro ejemplo sería la conocidísima universidad de Harvard, ¿quién no puede conocerla?, oir hablar de ella es sinónimo de prestigio. Si tienes que nombrar a 5 universidades del mundo, seguro que una de las primeras que saldría deslizándose por tus labios sería ella, y no sólo por toda la fama e información que nos llega de ella a través de la industria audiovisual estadounidense, sino también por todos los estudiantes triunfadores que han sabido elevar su prestigio e imagen, tanto a lo largo de su historia (presidentes americanos como Roosevelt ) como personajes que todos conocemos a día de hoy y hace relativamente poco eran desconocidos (Mark Zuckerberg y uno de los inventos más famosos de este siglo: el Facebook).
En conslusión decir que la imagen corporativa, no es algo que se tenga que crear solamente a base de acciones comunicativas artificiales, hay veces que puede surgir de manera natural e incontrolada, como es el rendimiento académico de los estudiantes entre otros factores. Por ello una buena estrategia sería saber explotar esas situaciones y poder dirigirlas hacia nuestro propio beneficio, así como fomentar e incidir en una buena educación y un buen uso de las funciones de la institución. Al fin y al cabo las universidades fueron creadas para un propósito: difundir el conocimiento y poder formar al hombre para salvarlo de la ignorancia.
Otro ejemplo sería la conocidísima universidad de Harvard, ¿quién no puede conocerla?, oir hablar de ella es sinónimo de prestigio. Si tienes que nombrar a 5 universidades del mundo, seguro que una de las primeras que saldría deslizándose por tus labios sería ella, y no sólo por toda la fama e información que nos llega de ella a través de la industria audiovisual estadounidense, sino también por todos los estudiantes triunfadores que han sabido elevar su prestigio e imagen, tanto a lo largo de su historia (presidentes americanos como Roosevelt ) como personajes que todos conocemos a día de hoy y hace relativamente poco eran desconocidos (Mark Zuckerberg y uno de los inventos más famosos de este siglo: el Facebook).
En conslusión decir que la imagen corporativa, no es algo que se tenga que crear solamente a base de acciones comunicativas artificiales, hay veces que puede surgir de manera natural e incontrolada, como es el rendimiento académico de los estudiantes entre otros factores. Por ello una buena estrategia sería saber explotar esas situaciones y poder dirigirlas hacia nuestro propio beneficio, así como fomentar e incidir en una buena educación y un buen uso de las funciones de la institución. Al fin y al cabo las universidades fueron creadas para un propósito: difundir el conocimiento y poder formar al hombre para salvarlo de la ignorancia.
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